León fue adoptado el 13/03/2021

- D.O.B +/- 13/03/2014 - R.I.P 24/10/2024​

​​​​​​​​

En el año 2021, la vida nos sorprendió con un regalo inesperado: León, un perro mestizo que llegó a nuestras vidas cuando compramos nuestra casa. Sus antiguos dueños, incapaces de asumir la responsabilidad de cuidarlo, lo dejaron atrás. Pero para León, aquello no fue el final, sino el principio de una nueva vida llena de amor, calidez y familia.

A sus 7 años, León se enfrentaba a una serie de retos, con miedos que lo acompañaban desde hacía tiempo y una vida que nunca le había brindado el espacio para ser verdaderamente feliz. Fue como si entendiera que, por primera vez, estaba en un lugar donde lo querían de verdad. De dormir fuera y vivir con limitaciones, pasó a tener un lugar dentro de casa, rodeado de cariño. Aprendió cosas tan básicas como caminar con correa, y aunque era un aprendizaje tardío, lo afrontó con paciencia y una ternura que nos conquistó a todos.

León demostró ser un perro increíblemente dócil, agradecido y con un carácter inmejorable. Noble y bondadoso. No tardó en convertirse en parte esencial de la familia, en el "marido" simbólico de Aroa, aunque por supuesto, lo castramos para evitar sorpresas. Más adelante, León asumió un papel aún más especial: el de padre postizo de las camadas de Aroa. Con una delicadeza admirable, siempre respetuoso y lleno de amor hacia los pequeños.

Durante los años que compartimos, León floreció. Su estado físico mejoró, y junto a él, vimos cómo su mirada, antes asustada, se llenaba de una luz especial. Vivió años de felicidad plena, de juegos, paseos, amor y familia.

A mediados de 2024, la salud de León comenzó a deteriorarse. Aunque hicimos todo lo posible para brindarle los cuidados que necesitaba, los exámenes veterinarios arrojaron un diagnóstico desgarrador: un tumor sin posibilidad de tratamiento. Con el corazón roto, tomamos la difícil decisión de despedirnos de él, sabiendo que era lo mejor para evitarle sufrimiento. 

Hoy, aunque León ya no esté físicamente con nosotros, su presencia sigue viva en cada rincón de nuestro hogar y nuestros corazones. Nunca olvidaremos su mirada de amor y gratitud, esa que hablaba sin palabras y que nos decía todo lo que significábamos para él.

Gracias, León, por haber compartido estos años con nosotros. Por enseñarnos tanto sobre el amor incondicional, la resiliencia y la bondad.

Tu huella está grabada para siempre en nuestra familia, y aunque nos duela tu partida, te recordaremos con una sonrisa, sabiendo que vivimos juntos una historia que jamás olvidaremos.

​

Descansa en paz, León, nuestro eterno compañero.

​